La
creación de la sociedad colonial, estuvo influenciada tanto por la naturaleza
del mismo proceso de conquista americana, como por antecedentes sociales y la
estructura política. La conformación del imperio americano castellano de
Charcas como fue establecido en el mundo andino, fue fundamental y
primariamente una creación de la conquista: una minoría compuesta por blancos y
de sus esclavos negros dominaría a una masa de indios americanos, separados y
totalmente diferentes. Por más diferenciados que fueran internamente, los
indios fueron considerados como una masa aislada y reprimida de un rango
inferior al del conquistador más pobre y analfabeto.
Una vez
instaurada la conquista, se establecieron formas de organización que permitían
a los conquistadores el control de tierra, trabajo y tributos. Y como conocían
de la importancia de la producción minera, se estableció el monopolio con la
finalidad de evaluar la producción real y evitar la evasión de impuestos,
estableciéndose como sistema de impuesto: la encomienda, y el sistema de
explotación de la mita.
El ritmo
del cambio social en Bolivia estuvo influenciado por factores negativos tales
como la decadencia demográfica y la explotación de la mita. Este sistema de
mita obligaba al indio originario entre 18 y 50 años de edad, que cumplía la función
de productor principal al pago de un impuesto, que era el equivalente de la
encomienda. Este sistema impositivo instaurado, generó colapso demográfico de
la población india, provocando una contracción de la clase originaria y por
ende una disminución de la producción minera ante la falta de mano de obra,
ante esta situación los conquistadores tuvieron que realizar ajustes al sistema
impositivo, disminuyéndolos; ello permitió reavivar la producción minera que se
encontraba en decadencia.
La
producción minera, especialmente la de plata, fue la base económica de la
época, ello no benefició a los pobladores, sino más bien a la corona española,
puesto que la monopolización de su comercialización, la imposición de altas
tasas de impuestos, la imposición obligatoria del trabajo en minas y otros iba
generando conflictos entre mineros y mercaderes españoles por el control de la industria
minera, situación que desencadenó en una guerra abierta entre los diferentes
bandos.
Así pues,
el fin del primer siglo de expansión económica iría seguido de un periodo
secular de depresión, que tendría profundos y prolongados efectos tanto en el
sector urbano como rural de la sociedad y economía boliviana.
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